martes, 24 de junio de 2014

¿Una proteína que rejuvenece el cerebro?

Una nueva satisfacción llega a los investigadores de la mano de la proteína GDF11. Esta semana se van a publicar un estudio en la edición digital de la revista Science que indica cómo esta proteína además de recuperar las células cardíacas en ratones, mejora sus capacidades intelectuales. Se han realizado varios estudios en la Universidad de Harvard y se ha llegado a importantes conclusiones: inyectaron la proteína GDF11 a ratones de edad avanzada y descubrieron que estos ratones recobraron algunas capacidades que habían perdido debido al envejecimiento, como por ejemplo el olfato.

La proteína GDF11 se encuentra en sus niveles más óptimos en la etapa de juventud, por ello,  los seres humanos son más fuertes y más ágiles mentalmente en esta etapa de su vida. Los estudios indican que en animales, esta proteína restaura funciones del cerebro que se pierden con el envejecimiento. Una recuperación parecido podría darse también en los músculos. Todavía queda mucho por estudiar y por investigar pero se abre una amplia puerta hacia un futuro más saludable.

El trabajo nocturno predispondría a sufrir diabetes

Trabajar el turno de noche no solo causaría ojeras, somnolencia, desórdenes del sueño y fatiga general, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes, mientras más años se mantengan esas condiciones laborales, mayores serán las probabilidades de adquirir la afección, así lo advierte un estudio realizado en la Universidad de Harvard en Boston, Estados Unidos.

De acuerdo con la investigación, publicada recientemente en la revista Science Translational Medicine, trabajar el turno de noche es un doble golpe para el organismo, la privación de sueño y el horario de dormir/despertar fuera de sincronía con el reloj biológico interno del cuerpo, desestabilizaría las células del páncreas que producen la insulina y con ello, aumentarían los niveles de glucosa en sangre.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores trabajaron durante seis semanas con 21 personas sanas. Los voluntarios durmieron 10 horas diarias durante las tres primeras semanas del estudio, pero luego su descanso se redujo a 5.6 horas de sueño cada 24 horas para simular las rotaciones en los turnos de trabajo.

Alteración del ritmo circadiano

Los resultados mostraron que la alteración de los ciclos de vigilia-sueño afectó a las células pancreáticas secretoras de insulina y un aumento de los niveles de glucosa en sangre. Es decir, el paso previo a la diabetes. La masa corporal de también se vio afectada, ya que los participantes mostraron una reducción de la actividad metabólica que se podría traducir en un aumento de peso.
Los investigadores también encontraron que al cabo de nueve días los efectos negativos en el organismo se revertían si el reloj circadiano se reajustaba y destacan que los turnos de trabajo que cambian cada mes serían menos perjudiciales para la salud que los que lo hacen cada pocos días.
Fuente: UnivisionSalud

¿Realmente algún día podremos congelar nuestros órganos?

Imagine que los médicos pudieran abrir congeladores y seleccionar riñones, hígados o corazones para utilizarlos en operaciones que pueden salvar vidas. A continuación se explica por qué esto es tan difícil de lograr.

En caso de necesitar un riñón nuevo, un corazón de reemplazo u otro órgano vital, usted no tiene precisamente muchas opciones. Esto se debe a que cuando se trata de órganos humanos sanos para trasplantes que pueden salvar vidas, existe un abismo enorme entre la oferta y la demanda.
En clic Estados Unidos, se trasplantaron 26.517 órganos en 2013, pero más de 120.000 pacientes se encuentran en la lista de espera. En pocas palabras, no existen suficientes donaciones para todos.
Lo que es peor, incluso a veces se desperdician los órganos que están disponibles porque no tienen mucha vida útil una vez extraídos del donante.
Por el momento, lo mejor que podemos hacer es mantenerlos en una solución especial apenas por encima de 0 grados centígrados durante uno o dos días, lo que no deja mucho tiempo para encontrar pacientes que sean receptores completamente compatibles para recibirlos.
Pero existe una posible respuesta. Si los científicos pudieran hallar una forma de congelar órganos y traerlos de vuelta sin incurrir en daños, posiblemente podríamos guardarlos durante semanas o meses.
Se podría hacer lo mismo con los órganos diseñados en el laboratorio, si somos capaces de crearlos. Teniendo esto presente, la clic Organ Preservation Alliance, una organización benéfica adscrita a los laboratorios de Singularity University en el Parque de Investigación de la NASA en California, tiene previsto crear un premio millonario para quien incentive avances en este sentido.

¿Es posible criopreservar?

Entonces, ¿podríamos vislumbrar una época en la que los cirujanos de trasplantes abran los congeladores y seleccionen riñones, hígados o corazones para llevar a cabo operaciones que pueden salvar vidas?
Los científicos han estado criopreservando o congelando con éxito pequeños grupos de células humanas durante 40 años.
Conservan óvulos y embriones inundando las células con soluciones de los denominados compuestos crioprotectores, los cuales impiden la formación de cristales de hielo que pueden destruir las células y también las protegen contra la contracción mortal.
Lamentablemente, encuentran grandes obstáculos cuando intentan implementar este proceso a mayor escala, puesto que la arquitectura dentro de los órganos y tejidos más complejos es mucho más vulnerable a los daños relacionados con los cristales de hielo.
Sin embargo, un pequeño grupo de investigadores no se ha dado por vencido y se está preparando para el desafío, en parte, siguiendo pistas de la naturaleza.
Por ejemplo, los peces-hielo de la Antártica sobreviven en aguas muy frías a -2 grados centígrados gracias a las proteínas anticongelantes (AFP, por sus siglas en inglés), que reducen el punto de congelación de sus fluidos corporales y se unen a los cristales de hielo para detener su propagación.
Los investigadores han utilizado soluciones que contienen las AFP del pez-hielo antártico para conservar corazones de ratas durante un período de hasta 24 horas a unos cuantos grados bajo cero .
Sin embargo, a una temperatura más baja se producen efectos contraproducentes en las AFP de este animal: obligan a que los cristales de hielo en formación produzcan puntas afiladas que perforan las membranas celulares.
Otro compuesto anticongelante descubierto recientemente en un escarabajo de Alaska que puede tolerar -60 °C podría resultar más útil.
Pero los ingredientes anticongelantes por sí solos no van a hacer el trabajo. Esto se debe a que la congelación también destruye las células al afectar el flujo de fluidos dentro y fuera de ellas.
El hielo se forma en los espacios entre las células, reduciendo el volumen de líquido y aumentando la concentración de sales disueltas y otros iones. El agua se precipita desde las células hacia fuera para compensar, causando que se marchiten y mueran.
En óvulos y embriones los compuestos crioprotectores tales como el glicerol resultan muy útiles: no sólo desplazan el agua para evitar la formación de hielo dentro de las células, sino que también ayudan a evitar la contracción celular y la muerte.
El problema es que estos compuestos no pueden trabajar con la misma magia en los órganos. Por un lado, las células de los tejidos son mucho más susceptibles a la penetración del hielo.
Y aún cuando las células estén protegidas, los cristales de hielo que se forman en los espacios entre ellas destruyen las estructuras extracelulares que mantienen unido el órgano y facilitan su función.

Vitrificación

Una forma de superar los peligros de la formación de hielo es evitar que ocurra. Por eso, algunos científicos apuestan por una técnica llamada vitrificación, por la que los tejidos se enfrían tanto que se transforman en un vidrio libre de hielo.
El método ya es utilizado por algunas clínicas de fertilidad y ha producido algunos de los resultados más alentadores hasta la fecha en cuanto a la preservación de tejidos complejos.
En el año 2000, por ejemplo, Mike Taylor y sus colegas de Cell and Tissue Systems en Charleston, Carolina del Sur, vitrificaron segmentos de 5cm de longitud de la vena de un conejo, que se ubica entre las células y los órganos en términos de complejidad y demostraron que conservan la mayor parte de su función después de calentarse.
Dos años después, Greg Fahy y sus colegas de 21st-Century Medicine, una empresa de investigación de la criopreservación con sede en California, realizaron un avance importante: vitrificaron el riñón de un conejo, manteniéndolo por debajo de la temperatura de transición vítrea de -122 grados centígrados durante 10 minutos, antes de descongelarlo y trasplantarlo a un conejo que vivió durante 48 días antes de que fuera sacrificado para examinarlo.
"Era la primera vez que se había criopreservado y trasplantado un órgano vital con soporte vital posterior", dice Fahy. "Era la prueba de que se trataba de una propuesta realista".
Pero el riñón no funcionó tan bien como una versión sana, principalmente debido a que una parte en particular, la médula, tardaba más en absorber la solución crioprotectora, lo que significaba que se formara un poco de hielo en ella durante la descongelación.
"Aunque teníamos gran ánimo, también sabíamos que teníamos que mejorar", añade Fahy.
"Eso es lo más cerca que hemos llegado", dice Taylor, añadiendo una nota de cautela. "Eso fue hace más de 10 años, y si la técnica era suficientemente robusta, entonces debería haber habido informes y estudios de seguimiento que acreditaran el hallazgo, algo que no ha existido".
El progreso ha sido lento, en parte, dice Fahy, porque dejó de producirse una sustancia química que era parte clave de su método. No obstante, su grupo ha recuperado terreno y dio un paso adelante: en la reunión anual de la Sociedad de Criobiología en 2013, Fahy presentó un método que permite que la médula se cargue más rápidamente con crioprotectores.
A pesar del optimismo de Fahy, está claro que cuando se trata de preservar órganos grandes, la vitrificación plantea algunos desafíos formidables. Para empezar, se necesitan altas concentraciones de crioprotectores (por lo menos cinco veces mayores que en un enfriamiento lento convencional) que pueden envenenar las células y los tejidos que supuestamente deben proteger.
El problema se agrava con los tejidos más grandes porque se requiere más tiempo para cargar los compuestos, lo que significa tiempos de enfriamiento más lentos y más oportunidades de que se produzca la exposición tóxica. Además, si el enfriamiento es demasiado rápido o alcanza temperaturas demasiado bajas, pueden aparecer grietas.
Este proceso de calentamiento extremadamente delicado presenta más obstáculos. Si el espécimen vitrificado no se calienta rápidamente o de manera bastante uniforme, la vidriosidad da paso a la cristalización, un proceso conocido como desvitrificación y, otra vez, puede producirse el agrietamiento.
(Este) es un desafío que aún no hemos superado", dice John Bischof, criobiólogo e ingeniero de la Universidad de Minnesota. "El factor limitante es la rapidez y la uniformidad con las cuales podemos descongelarlo". Y eso se debe a que el calentamiento se realiza generalmente de afuera hacia adentro.
El año pasado, Bischof y el estudiante graduado Michael Etheridge propusieron una forma de solucionar el problema: añadir nanopartículas magnéticas a la solución de crioprotectora.
La idea es que las partículas se dispersen a través del tejido y, una vez excitadas por los campos magnéticos, calienten todo de manera rápida y uniforme. El dúo está trabajando actualmente con Taylor y sus colegas para probar el método en las arterias de los conejos.

El hielo en acción

En su mayor parte, los avances en el ámbito han llegado por ensayo y error: probando combinaciones de soluciones y métodos de congelación y descongelación.
Pero los investigadores también han comenzado a aprovechar las nuevas tecnologías para examinar más de cerca cómo se comporta el hielo en las células y tejidos.
Si se comprenden los procesos en detalle, cabe esperar que se puedan diseñar métodos novedosos y más eficaces para controlarlos.
En los últimos 12 meses se han registrado avances significativos en esta área. Taylor, que trabaja con Yoed Rabin, ingeniero mecánico de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, presentó un nuevo dispositivo que permite la visualización de imágenes térmicas de alta resolución a todo color en tejidos de gran volumen.
Mientras tanto, Jens Karlsson de la Universidad Villanova en Pennsylvania, ha capturado recientemente secuencias de video microscópicas en cámara ultralenta del momento en que el hielo entra en pequeñas bolsas entre dos células estrechamente unidas y luego provoca la cristalización dentro de ellas.
Las perspectivas de estos métodos podrían aportar nuevas ideas sobre la forma de manipular el proceso de congelación, dice Karlsson, que está tratando de averiguar la manera de criopreservar tejidos por medio del control cuidadoso del proceso de congelación y descongelación, en lugar de hacerlo por medio de la vitrificación.
Una posibilidad es diseñar genéticamente células que puedan persuadirse para que formen uniones célula-célula que sean capaces de resistir la criopreservación. La siguiente tarea sería encontrar una manera de dirigir la formación de hielo extracelular de modo que no afecte la función de un órgano.
Karlsson también está dispuesto a utilizar simulaciones por computadora del proceso de congelación para probar de manera efectiva millones de posibles protocolos.
"Necesitamos este tipo de herramientas para acelerar el progreso", dice Karlsson, que compara la tarea con "intentar llegar a la luna con una fracción de los fondos dedicados a ese esfuerzo".
Incluso con recursos limitados, el área ha demostrado que la criopreservación libre de hielo es práctica para pequeños tejidos, como un segmento de vaso sanguíneo. "La barrera que queda y que es importante", dice Taylor, "es escalarla hasta un órgano humano".
Para Karlsson, que sospecha que tales esfuerzos "podrían toparse contra un muro" antes de que la vitrificación sirva alguna vez para los órganos humanos, los métodos de congelación (o los que él denomina métodos basados en el hielo) representan una vía igual o incluso más fiable hacia el éxito.
Pero existe una última noción que debe tomarse en serio. "Ninguna técnica de criopreservación ofrece un 100% de supervivencia de las células componentes", dice Taylor.
"En muchas aplicaciones esto puede tolerarse, pero para un órgano único esto podría suponer un grado considerable de lesión a reparar después del almacenamiento o trasplante".
En última instancia, eso significa que sin importar cuán bien criopreservados estén los especímenes, es probable que sean de calidad inferior en comparación con los órganos recién adquiridos.
Fuente: BBC Salud

¿Qué debe saber un niño de 4 años?

Hace poco, en un foro sobre la educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de cuatro años?", preguntaba.

Las respuestas que leí me llamaron mucho la atención... Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas, incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.
Pensé que probablemente la respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más preocupación.... Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. Pero atención!!! La infancia no debe ser una carrera que arroja por resultado niños ganadores y niños perdedores....
Alicia Bayer, una mujer norteamericana que se interesa por los temas de infancia y educación, hace una lista de aquellas cosas importantes que debe saber un niño/a de 4 años... me pareció hermosa y la comparto:
1.Debe saber que lo quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento.
2.Debe saber que está a salvo y además cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre lo va a apoyar.
3.Debe saber reír y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.
4.Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.
5.Debe saber que el mundo es mágico y él también. Debe saber que es fantástico, listo, creativo, compasivo y maravilloso. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como aprender los números. Mejor dicho, mucho más.
Pero más importante es lo que deben saber los padres:
1.Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.
2.Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro no son los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes caros, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a compartir momentos de juego, lectura, dibujos y risas con sus hijos.
3.Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
4.Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y, lo más importante, libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes creativos como los de encastre, una buena cantidad de témperas y plastilinas, los instrumentos musicales, los disfraces, y libros y más libros. Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.
5.Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan juegos electrónicos, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, fultbol e inglés mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.

La cafeína deshidrata?

Todos los días, alrededor del mundo, se toman aproximadamente 1.600 millones de tazas de café: casi el doble de lo que el planeta consume de té.

¿Por qué? Por varias razones. Una de ellas puede ser el sabor, o simplemente su poder para ayudar a despertarse. ¿Quién no ha visto a los aficionados al café en la mañana, buscando con desespero una humeante taza para empezar el día con las baterías bien cargadas?
Pero nos han dicho que tenemos que ser precavidos con las dosis.
La ciencia médica también nos ha recomendado tomar siete u ocho vasos de agua al día para estar bien hidratados, pero las tazas de infusiones no cuentan para cubrir esa cuota porque la cafeína deshidrata.
Sin embargo, ¿qué evidencia existe de que eso es así? ¿Realmente la sustancia que hace único al café tiene un fuerte poder deshidratante?

Más allá de la cafeína

Aunque el café y el té contienen distintas sustancias, las investigaciones por lo general se han enfocado en estudiar su componente más popular: la cafeína.
Sobre este tema, el estudio que se cita repetidamente es uno que data de 1928, cuando se investigó el consumo de cafeína con una muestra de sólo tres personas durante el curso de dos inviernos. (1)
El proceso consistía en pedir a los participantes que tomaran cuatro tazas de café al día, después se les daba té y finalmente se les pedía que se abstuvieran de consumir infusiones o se les suministraba agua con cafeína pura.
Mientras tanto, se iba midiendo el volumen de la orina a intervalos regulares.
Los investigadores concluyeron que si el ser humano consume agua con cafeína pura, después de un período de dos meses de abstinencia de café y té, el volumen de su orina se incrementaba en un 50%.
En cambio, cuando tomaban café regularmente otra vez, su cuerpo se volvía resistente a los efectos diuréticos.

No es un diurético

Se sabe que grandes dosis de cafeína incrementan el flujo de sangre hacia los riñones e inhiben la absorción de sodio, lo cual puede explicar sus potenciales cualidades diuréticas.
Pero el mecanismo exacto de cómo ocurre este proceso todavía es materia de debate.
Por ejemplo, cuando se revisan estudios hechos con cantidades más contundentes de cafeína, el efecto diurético no parece ser tan claro.
Una revisión de una decena de reportes sobre el tema realizada por Lawrence Armstrong, académico de la Universidad de Connecticut, concluyó que la cafeína es, como máximo, un diurético moderado, con 12 muestras de 15 que dieron como resultado que las personas orinaban la misma cantidad sin importar si el agua que bebían tenía cafeína o no. (2)
Entonces, ¿por qué mucha gente sigue percibiendo que debe ir al baño más seguido cuando han consumido té o café?
Tal vez, según revela el estudio, se deba a que durante las pruebas la gente bebe agua con cafeína añadida, en lugar del té o el café que se toman en la casa.

Los otros ingredientes

¿Puede ser entonces que haya algo en los otros componentes del té y el café que marca la diferencia?
Esta investigación poco habitual puede dar una buena respuesta: durante 12 horas, un grupo de personas se dedicó a beber té y nada más que té. Otros en el grupo de control bebieron agua hervida. La observación concluyó que, al final de las 12 horas, ambos grupos tenían los mismos niveles de hidratación. (3)
Después se hizo el mismo proceso con gente tomando café. Uno de los estudios dio como resultado un aumento del 41% en la cantidad de orina, junto con un incremento en la eliminación de sodio y potasio.
Sin embargo, esos participantes se abstuvieron de tomar cafeína antes del estudio, lo que no nos permite saber qué es lo que realmente pasa con las personas que están acostumbradas a tomar café habitualmente.
Un segundo estudio no halló diferencias en los niveles de hidratación de quienes bebían agua y quienes consumían café, lo que contradice los resultados anteriores.
Luego vinieron los resultados de una investigación más reciente, realizada por la Universidad de Birmingham en Reino Unido y publicada en enero de este año, que no sólo midió el volumen de la orina sino que también analizó la sangre para medir el funcionamiento de los riñones y calculó la cantidad de agua que había en el cuerpo de cada participante.
A los participantes se les hizo beber cuatro tazas de café por día, mucho más de lo que consume un aficionado al café promedio. Sin embargo, no se pudo determinar que los que bebieron sólo café estuvieran más deshidratados que los que tomaron agua.
Cabe aclarar que la investigación de la Universidad de Birmingham fue financiada por el Centro de Información Científica sobre el Café, cuyos miembros son compañías productoras de café, pero su publicación se hizo en una revista especializada, cumpliendo con el proceso de revisión de científicos que es habitual en este tipo de trabajos. Los autores confirman que la organización cafetera no tuvo influencia alguna en la recolección o análisis de datos del artículo.
Entonces, aunque notemos que necesitamos ir al baño más seguido cuando estamos tomando café, nuestro error de percepción se debe a que estamos comparando haber tomado café con probablemente no haber tomado nada. Si eligiera beber la misma cantidad de agua que el café que se tomó desde la mañana, seguramente el efecto "diurético" sería el mismo.
Fuente: BBC Salud

¿Cuántas frutas y vegetales hay que comer al día?

Comer siete o más porciones de frutas y vegetales al día es más sano que las cinco recomendadas actualmente por muchos países del mundo y la Organización Mundial de la Salud, debido a que -según un nuevo estudio- ayuda a prolongar la vida.

El trabajo realizado con los datos de 2001 a 2008 de la Encuesta Nacional de Salud en más de 65.000 hombres y mujeres de Inglaterra indica que cuantos más vegetales y frutas come la gente, menor es la probabilidad de morir de forma prematura.
El equipo de investigación del University College London asegura que siete al día reduce el riesgo de morir de cáncer o de alguna enfermedad cardíaca.
También descubrieron que los vegetales frescos tienen los mayores efectos protectores, seguidos de ensalada y frutas. Los jugos no aportan ningún beneficio -según los investigadores- mientras que las frutas enlatadas parecen aumentar el riesgo de muerte, quizás debido a que se envasa con sustancias azucaradas.
"El mensaje es claro: cuanta más frutas y vegetales comes, menor es la probabilidad de morir (prematuramente) a cualquier edad", señala la jefa de la investigación, doctora Oyinyola Oyebode.

¿Es cinco suficiente?

Pero, ¿esto quiere decir que las cinco porciones recomendadas al día no son suficientes?
Las directrices de la OMS indican que sí. Aunque hay que tomar en cuenta que estas fueron publicadas hace 25 años.
La explicación de los nutricionistas es que comer cinco al día es suficiente para tener los beneficios de protección; es un mínimo y está claro que cuanto más, mejor.
Para un adulto, una porción son 80g de fruta o vegetal, cuya suma produce la cifra mínima recomendada de 400g al día.
En los niños, la cantidad varía según la edad y nivel de actividad. Pero una guía aproximada es que una porción debe caber en la palma de su mano.
Las frutas y vegetales no deben comerse solos, y pueden cocinarse en platos como sopas, cocidos o pastas.

¿Cantidad o variedad?

Estas recomendaciones no cuentan si la persona sólo come un tipo de vegetal o fruta cinco o más veces al día.
Por ejemplo, no vale ingerir cinco zanahorias para cumplir con las recomendaciones. Si bien las zanahorias cuentan como una de las porciones, para obtener el máximo de beneficio, la persona debe tener una dieta variada.
Esto se debe a que las distintas frutas y vegetales contienen distintas combinaciones de fibras, nutrientes y vitaminas, excelentes para la salud.
Casi todas las frutas son buenas para disminuir el riesgo de una muerte prematura. Por lo general, los vegetales crudos y las frutas contienen la mayor cantidad de nutrientes debido a que la cocción elimina algunos de ellos.
Del mismo modo, se cree que la fruta y los vegetales frescos tienen mayor densidad de nutrientes que los preservados.
Pero los congelados también son buenos, así como los frutos secos como dátiles, pasas, higos o grosellas.
Aquellos vegetales y frutas incluidos en las comidas compradas o las salsas de pastas o sopas ya hechas también se pueden contar como porciones. Pero los especialistas urgen que sólo se tomen "ocasionalmente" o en pequeñas cantidades, pues con frecuencia tienen un alto contenido de sal, azúcar y grasa.

¿Y los jugos y enlatados?

Si bien el reciente estudio desaconseja contar los jugos o las frutas enlatadas como una porción, actualmente gobiernos como el del Reino Unido lo incluyen.
Hay que aclarar que el jugo no debe tener azúcar y sólo cuenta como una porción al día, pues tiene menos fibra que una fruta o vegetal entero.
Las frutas deben ser enlatadas en su jugo natural o en agua, pero no con azúcar o sal añadida, mucho menos en almíbar.
Las legumbres también cuentan, aunque sólo como una porción debido a que tienen menos nutrientes que otras frutas y vegetales.
Los batidos pueden contar como más de una porción, siempre y cuando tengan toda la pulpa de la fruta o el vegetal, y dependiendo de sus ingredientes.
Hay que aclarar que las papas no forman parte de las cinco o más porciones recomendadas. Esto se debe a que básicamente su contribución con una dieta sana es el almidón, el cual es una buena fuente de energía y ayuda a la digestión.
Este tubérculo está clasificado en el mismo grupo del pan y la pasta. Y se recomienda dejar la piel cuando se cocina, pues es una buena fuente de fibra.

¿Qué pasa con los superalimentos?

Si bien puede ser tentador pensar que comer una sola fruta o vegetal que contiene cierto nutriente, vitamina o antioxidante es la respuesta para tener una buena salud, esto no está confirmado por la ciencia.
Lo mejor es no concentrarse en un solo alimento con la esperanza de que haga milagros.
En vez de eso, los nutricionistas señalan que las personas deben apuntar a una dieta variada y bien balanceada que incluya muchas frutas y vegetales.
Fuente: BBC Salud

Declive de la calidad del sueño relacionado con la edad podría ser reversible

El sueño es esencial para la salud humana, pero con el aumento de la edad, muchas personas experimentan una disminución en la calidad del sueño que a su vez reduce su calidad de vida.

En un nuevo estudio que se publicó el martes en  'Plos Biology', científicos del Instituto Max Planck (MPI, por sus siglas en inglés) para la Biología del Envejecimiento en Colonia, Alemania, han investigado los mecanismos por los que se menoscaba el sueño con el envejecimiento en la mosca de la fruta y han descubierto que el declive del sueño relacionado con la edad se puede prevenir e incluso podría ser reversible.
Para descubrir los mecanismos básicos del sueño relacionados con la edad, los científicos del Instituto Max Planck estudiaron la mosca de la fruta 'Drosophila melanogaster', un organismo modelo clásico en la investigación del envejecimiento. "El sueño de 'Drosophila' tiene muchas características en común con el de los humanos, incluyendo la disminución de la calidad", explica uno de los autores del informe, Lucas Tain, del MPI para la Biología del Envejecimiento.
"Al igual que los humanos, las moscas duermen por la noche y están activas durante el día. Podemos observar cuándo y cómo duermen las moscas y también podemos determinar su calidad del sueño midiendo la frecuencia con la que se despiertan. Esto nos permite estudiar los efectos de sustancias específicas u otros factores que influyen en el sueño como la edad y la predisposición genética", añade.
Los investigadores del envejecimiento Athanasios Metaxakis, Lucas Tain y Sebastian Gronke, del departamento de la directora del MPI Linda Partridge, descubrieron que una menor actividad en la vía de señalización IIS produce una mejoría en la calidad del sueño durante la noche y niveles de actividad más altos durante el día.
Una vía de señalización es un método biológico de transferencia de información y, a través de esas vías, la célula puede responder a condiciones externas como el estado de suministro de alimentos. "En nuestro estudio, hemos descrito el papel de la vía IIS en la regulación del sueño y la actividad a través de los neurotransmisores octopamina y dopamina", explica Tain.
"Lo que hace a esta vía tan interesante para nosotros es el hecho de que se conserva evolutivamente, lo que significa que sus componentes y funciones son similares en diversas especies de organismos simples como la mosca de la fruta, los ratones e, incluso, los seres humanos. Además, hemos sido capaces de mejorar la calidad del sueño mediante la administración de agentes terapéuticos", agrega.
Los científicos descubrieron que la actividad de día y el sueño de noche están regulados por vías de señalización distintas, mediando en el sueño nocturno TOR y la señalización dopaminérgica. Sorprendentemente, si se inhibe la actividad de TOR mediante el tratamiento con el agente terapéutico rapamicina, la calidad del sueño mejora incluso en moscas de edad avanzada, lo que sugiere que la disminución del sueño relacionada con la edad no sólo se puede prevenir sino que también es reversible.
"Dada la alta conservación evolutiva de IIS y la función TOR, nuestros resultados implican posibles dianas terapéuticas para mejorar la calidad del sueño en humanos, lo que sería nuestra meta a largo plazo. Sin embargo, el siguiente paso ess averiguar si estos mecanismos también funcionan en animales superiores, como los ratones", concluye Tain.
Fuente: Infosalus

Un cráneo completo impreso con tecnología en 3D

Una paciente holandesa ha sido la primera persona del mundo en recibir una prótesis completa de cráneo elaborada gracias a una impresora en 3D y compatible con su organismo.

La operación se realizó hace unos tres meses en el Hospital Universitario de Utrecht (Holanda). La joven de 22 años padecía una enfermedad que comprimía progresivamente su cerebro (su cráneo se había engrosado unos 5 cm) y le provocaba grandes dolores y afectaba a su vida cotidiana. Para evitar la progresión del trastorno y que se viera afectada su capacidad cerebral o se deformara su rostro, un equipo dirigido por el neurocirujano Bon Verweij decidió llevar a cabo la técnica pionera.
La intervención, pionera en su género, duró alrededor de 23 horas.
Los artífices de la cirugía decidieron esperar a comprobar la evolución de la paciente antes de hacer pública la operación. Según afirman, la intervención ha sido un éxito y hoy en día, la paciente ha recuperado las capacidades perdidas e incluso ha podido reintregrarse en su trabajo.
La técnica promete ser muy útil en cirugía, subrayan los investigadores, ya que permite realizar un modelo exacto al original. A través de una resonancia magnética, se obtiene las dimensiones 'naturales' y con esos parámetros se imprime en 3D una prótesis que encaja a la perfección. En este caso se ha utilizado un plástico especial para uso médico.
Al contrario que en otras ocasiones -como el maxilar inferior que se implantó a una octogenaria holandesa- en esta ocasión el implante impreso no es parcial ni tiene un carácter temporal.
Fuente: El Mundo.es

Comer chocolate negro es beneficioso para el corazón



Los beneficios de comer chocolate negro se han ensalzado durante siglos,
pero la razón exacta ha sido un misterio, hasta ahora. Un equipo de
investigadores ha informado en la 247 Reunión Nacional y Exposición de
la Sociedad Americana de Química que ciertas bacterias en el estómago
digieren el chocolate y lo fermentan como compuestos antiinflamatorios
que son buenos para el corazón.

"Hemos visto que hay dos tipos de microbios en el intestino:
buenos y malos", explica una de las investigadoras, Maria Moore,
estudiante de la
Universidad Estatal de Louisiana, en Estados Unidos. "Los microbios
buenos, como las bífidobacterias y las bacterias del ácido láctico, se
dan un festín con el chocolate. Cuando se come chocolate negro, crecen y
lo fermentan, produciendo compuestos que son antiinflamatorios", afirma
esta experta.


"Las otras bacterias en el intestino están asociadas con la inflamación y
pueden causar gases, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Éstas incluyen
algunos clostridios y bacterias de 'E. Coli'", concreta esta autora del
trabajo que se presentó en el foro científico que se celebra en Dallas,
Estados Unidos.


El director de la investigación, John Finley, también de la
Universidad de Louisiana, relata que cuando estos compuestos son
absorbidos por el cuerpo, disminuyen la inflamación de tejido
cardiovascular, reduciendo el riesgo de padecer un accidente
cerebrovascular a largo plazo. Según Finley, éste es el primer estudio
que examina los efectos del chocolate negro sobre los diversos tipos de
bacterias estomacales.


El equipo analizó tres polvos de cacao usando un modelo de tracto
digestivo, compuesto por una serie de tubos de ensayo modificados para
simular la digestión normal. Los materiales no digeribles se sometieron
entonces a la fermentación anaeróbica utilizando bacterias fecales
humanas.


Finley subraya que el cacao en polvo, un ingrediente del chocolate,
contiene varios compuestos polifenólicos o antioxidantes, como la
catequina o la epicatequina, y una pequeña cantidad de fibra dietética.
Ambos componentes son mal digeridos y absorbidos, pero cuando alcanzan
el colon, los microbios adecuados se hacen cargo de ellos.


"En nuestro estudio hemos encontrado que la fibra se fermenta y los
grandes polímeros polifenólicos se metabolizan en moléculas más
pequeñas, que son más fáciles de absorber. Estos polímeros más pequeños
tienen actividad antiinflamatoria", resume.


Finley también argumenta que la combinación de la fibra presente en
el cacao con alimentos prebióticos puede mejorar la salud general de una
persona y ayudar a convertir los polifenoles del estómago en compuestos
antiinflamatorios. "Cuando se ingieren prebióticos, los microbios
intestinales beneficiosos aumentan su población y ganan a los microbios
'malos' del intestino, como los que causan problemas de estómago",
añade.


Los prebióticos son carbohidratos que se encuentran en alimentos como el
ajo crudo y la harina de trigo integral cocido que los humanos no
pueden digerir pero que a las bacterias buenas les gusta comer, además
de que se pueden tomar en suplementos dietéticos.


El director de esta investigación cree que las personas pueden
experimentar aún más beneficios para la salud al combinar el chocolate
negro con frutas sólidas como las granadas y el acai, una palmera nativa
del norte de Sudamérica que da un tipo de fruto.

Fuente: Noticias Salud