"Tuvimos en cuenta la distancia a la que gente vivía de las carreteras, la meteorología, en qué dirección soplaba el viento, la afluencia de automóviles y otros factores para estudiar la contaminación relacionada con el tráfico", explicó Heather Volk, profesor asistente de medicina preventiva en la Escuela de Medicina Keck de la USC y científico en la División de Investigación sobre Niños, Jóvenes y Familias en Keck School, asociada al Hospital Infantil de Los Ángeles.
"La exposición a la contaminación del aire relacionada con el tráfico, PM [partículas] y el dióxido de nitrógeno se asoció con un mayor riesgo de autismo. Estos efectos se observaron utilizando medidas de la contaminación del aire con variación en los niveles local y regional, lo que sugiere la necesidad de seguir estudiando para comprender las contribuciones individuales de contaminantes y los efectos de las mezclas de contaminantes sobre la enfermedad", comentan los autores, de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos).
Según los investigadores, este estudio sobre los efectos de la exposición a contaminantes y su interacción con factores de susceptibilidad pueden conducir a la "identificación de las vías biológicas que se activan en el autismo y mejorar la prevención y las estrategias terapéuticas".
Tras reconocer la necesidad de una investigación adicional para replicar estos hallazgos, añaden que la implicación de estos hallazgos en la salud pública es "grande", ya que "la exposición de la contaminación atmosférica es común y puede tener efectos duraderos neurológicos".EP

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