martes, 5 de agosto de 2014

Todo sobre erecciones matutinas

Suceden únicamente por la mañana?

No, se dan a lo largo de toda la noche, lo que ocurre es que la única
erección que cuenta con testigos a diario es la de la mañana. Pero el
fenómeno se produce durante el sueño, generalmente en relación con las
fases REM (sueño de movimientos oculares rápidos, por sus siglas en
inglés). De hecho, el fenómeno se conoce en la actualidad como
erecciones relacionadas con el sueño (sleep-related erections,
SRE), dado que el nombre técnico que se le dio en la década de
1960, tumescencia peneal nocturna, era algo rebuscado. En adultos, se
sabe que los niveles de testosterona también influyen en el fenómeno.


¿Le sucede a todos los hombres?

En efecto, salvo a aquellos con problemas de disfunción eréctil. Se
trata de un comportamiento completamente natural de un órgano sano, que
se manifiesta a lo largo de la vida de todos los hombres, con
variaciones en función de la edad. El pico de duración de este fenómeno
se da durante la pubertad: entre los 13 y los 15 años, los adolescentes
pasan con el pene en erección más del 30% del sueño. A partir de esa
edad, el duración del fenómeno remite hasta el 20% del sueño en hombres
sesagenarios. En algunos estudios se estableció que durante el sueño se
daban ciclos de unos 85 minutos de los cuales una media de 25 minutos
pertenecían al periodo de erección (la horquilla iría de los 15 a 40
minutos). Incluso los bebés manifiestan el fenómeno: durante estudios
realizados en la década de 1940, se observó a bebés sin pañales durante
el sueño para concluir que también vivían esas erecciones “que
frecuentemente despertaban al niño”.


¿Y a las mujeres?

Por razones obvias, el fenómeno de las erecciones nocturnas del
clítoris ha sido mucho más difícil de estudiar que el del pene. No
obstante, en las décadas de 1960 y 1970 se puso el foco en este asunto
hasta lograr identificar que las mujeres aumentaban el flujo sanguíneo hacia sus clítoris,
del mismo modo que sucede en los hombres para provocar su erección,
agrandando su tamaño y provocando lubricación vaginal durante la fase
REM del sueño. El proceso es, por tanto, muy similar al masculino.


¿Se produce a causa de sueños húmedos o por estar excitados previamente?

 

Platón mantenía que “en los hombres, la naturaleza de los órganos
genitales es desobediente y soberbia, como una criatura que es sorda a
la razón y que intenta dominar todo a causa de sus pasiones frenéticas”.
Pero no se trata, como se pensó durante mucho tiempo, de una rebelión
del cuerpo aprovechando que el cerebro no lleva las riendas. El primero
en dejar claro que estas erecciones no tienen nada que ver con sueños
eróticos fue el doctor Ismet Karacan, experto en trastornos del sueño,
en la década de 1960. Aunque los motivos y el mecanismo que lo detona se
desconocen en detalle, sabemos es que es un fenómeno espontáneo y que
se da con naturalidad en sujetos sanos. Por ejemplo, estas erecciones
nocturnas se ven negativamente afectadas cuando se producen cuadros
graves de fatiga, ansiedad o depresión. No obstante, sí tiene que ver
con nuestra capacidad de soñar: las mejores erecciones nocturnas las
tienen los sujetos que duermen bien y sueñan mucho, seguidos de quienes
duermen mal pero sueñan bien. Las peores erecciones nocturnas se
manifiestan en sujetos con mal dormir y sueños pobres.


¿Tiene relación con las ganas de orinar?

El psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing,
uno de los grandes pioneros del estudio de la sexualidad humana durante
el siglo XIX, estaba convencido de que las erecciones matutinas se
debían a una vejiga llena. Pero estaba equivocado. No obstante, la
conexión de la vejiga y de la erección con los nervios sacros puede
desencadenar en algún caso esa respuesta refleja. Es probable que, en
muchas ocasiones, un hombre se despierte con ganas de orinar y descubra
su erección, y que esto le lleve a deducir que se trata de causa y
efecto. Pero por esa regla de tres, muchos podrían pensar que las
erecciones se originan porque suena el despertador.


¿Y con las ganas de desfogarse?

Galeno, médico personal de Marco Aurelio, consideraba estas
erecciones un ejemplo de libro de que los sueños reflejan el estado
físico de una persona: “Los hombres llenos de esperma imaginarán que
están teniendo relaciones sexuales”, aseguraba. En su opinión, las
erecciones nocturnas eran consecuencia de la condición física del
hombre, del mismo modo que pensaba que la abstinencia sexual podía
causar locura. En realidad, solamente estaba dando palos de ciego.


¿Estas dudas pueden causar problemas morales?

Durante mucho tiempo, las noches fueron el campo de batalla en los
que los religiosos luchaban por mantener su pureza contra esa bestia
lujuriosa que hacía despertar a su pene contra su voluntad. Los monjes
cristianos culpaban a irresistibles demonios femeninos que les atacaban
aprovechando que eran vulnerables mientras dormían. Llegaban incluso a
atarse crucifijos a los genitales antes de ir a la cama para alejar a
estas demoníacas tentaciones. San Agustín quiso darle a los hombres un
respiro al asegurar que, en sueños, no eran responsables de sus actos
aunque debían sentirse mal por lo que les ocurría. Refiriéndose a las poluciones
nocturnas, dijo: “Si la emisión nocturna se origina en un sueño
erótico, esto no debe verse como algo pecaminoso dado que el dormido no
puede controlar las imágenes que aparecen en sus sueños”. Santo Tomás de
Aquino, también en referencia a las eyaculaciones, aseguró que “un
orgasmo nocturno no es un pecado, pero a veces es fruto de un pecado
previo”. Con la llegada de la estricta moralidad del siglo XIX, se
idearon corsés y artefactos para evitar estas erecciones o su potencial
disfrute.


¿Para qué sirven estas erecciones?

El psicoanalista Wilhelm Stekel identificó en 1920 que la erección
matutina, la última erección del sueño, es un fenómeno que se produce
naturalmente en hombres saludables desde la infancia hasta la vejez. Hoy
en día, la mayoría de los científicos supone que representan un
mecanismo destinado a proteger la integridad de los tejidos de los
cuerpos cavernosos del pene. Es decir, un ejercicio espontáneo en el que
son las arterias las que hinchan el pene con sangre rica en oxígeno
para revitalizar y regenerar sus tejidos. Además, sirven a los
especialistas para determinar si los casos de disfunción eréctil tienen
un origen fisiológico o psicológico.


¿Qué importancia le dieron en el pasado?

Dado que llegó a considerarse un pecado mortal casarse siendo incapaz
de consumar el matrimonio, entre el siglo XIV y hasta bien entrado el
XVII, en la Europa cristiana se realizaban pruebas periciales
que incluían la observación nocturna del esposo. En los casos en los que
un matrimonio sin consumar llegaba a los tribunales, el jurado podía
pasar la noche junto al hombre para observar si se daban erecciones
nocturnas, lo que probaría que podía copular con su mujer. También se
requería una demostración de rigidez, incluso de “elasticidad y
movilidad natural”, según recoge Pierre Darmon.
Este tipo de pruebas derivaron en auténticas sesiones de voyeurismo
auspiciadas por la jerarquía eclesiástica. “En ocasiones, el jurado
exigía tener una demostración de eyaculación”, recuerda el estudio de
Mels Van Driel en The Journal of Sexual Medicine. Con el
tiempo, los jurados no se conformaban con esto y las parejas se verían
en la obligación de mantener relaciones en su presencia.


¿Cómo se estudian estas erecciones?

En la actualidad se usan resonancias magnéticas para observar la
actividad del cerebro y aparatos para medir el calor y el flujo
sanguíneo en la zona genital sin necesidad de invadir la intimidad del
sujeto, pero esto no siempre fue así. A partir de 1955, se usaron donuts
de plástico rellenos de agua que, con el pene en el agujero, si ganaba
volumen desplazaba el agua elevando su nivel en un tubo que observaban
los investigadores. En el caso de las mujeres, en 1972 se usó un sistema
similar que consistía en un balón de aire conectado a una cámara de
presión que avisaba de contracciones musculares en la vagina. Por
supuesto, también se realizan observaciones directas en sujetos desnudos
y por medio de una discreta ventanilla del laboratorio.

REFERENCIA
'Sleep-Related Erections Throughout the Ages' doi: 10.1111/jsm.12557

original:
http://esmateria.com/2014/08/05/todo-lo-que-siempre-quiso-saber-sobre-erecciones-matutinas-pero-nunca-se-atrevio-preguntar/

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