Para llevar a cabo el estudio, los investigadores criaron ratones que carecían de TRPV4, o que habían recibido un medicamento para desactivarla. En ausencia de TRPV4, las células blancas activaron un conjunto de genes que consumen energía para producir calor, en lugar de almacenarla en forma de grasa. Este proceso 'termogénico' ocurre normalmente en la grasa marrón (comúnmente llamada 'grasa buena'), que se encuentra principalmente en animales pequeños y en bebés humanos.
Cuando los ratones con deficiencia de TRPV4 recibieron una dieta de alto contenido calórico durante varias semanas, no sufrieron obesidad, y disminuyeron su nivel de inflamación en las células de grasa y la resistencia a la insulina.
Según Spiegelman, "el papel de TRPV4 como mediador en los programas termogénicos y pro-inflamatorios en los adipocitos podría ofrecer una diana atractiva para el tratamiento de la obesidad y las enfermedades metabólicas".
Por otro lado, una proteína co-activadora, PGC-1 alfa, previamente descubierta en el laboratorio de Spiegelman, también contribuye a la termogénesis. En los nuevos experimentos, Spiegelman y sus colaboradores demostraron que TRPV4 bloquea a PGC-1 alfa en las células de grasa blanca. Al inhibir TRPV4 en los ratones experimentales se activó la expresión de PGC-1 alfa y provocó la termogénesis. Un compuesto experimental, GSK205, se utilizó para inhibir TRPV4 en los estudios con animales.
En cuanto a las posibles terapias, Spiegelman señala que nuestros experimentos con TRPV4 han mostrado la efectividad de esta estrategia, y que parece ser bastante segura".Europa Press

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