miércoles, 12 de septiembre de 2012

Obesidad infantil

hábitos nutricionales erróneos y menos actividad física de la recomendada

Solo en un 50% de los hogares, los niños comen verdura o ensalada todos los días y en casi un 10% de los casos, la merienda consiste en bollería o snack en bolsa

Ya no es "patrimonio" único de sociedades como la americana. Desgraciadamente, la obesidad infantil, uno de los grande males del siglo XXI, está al alza en nuestro país: el 45% de la población preadolescente tiene problemas de peso, el 26% tiene sobrepeso y el 19% obesidad, cifras que no se han reducido en los últimos 10 años. En general, un niño con sobrepeso no es un niño con hábitos saludables. EROSKI CONSUMER ha querido comprobar de primera mano cuáles son las costumbres alimentarias y los hábitos de ocio de los más pequeños. Por eso, ha realizado más de 1.500 encuestas en hogares de 9 comunidades autónomas (Andalucía, Islas Baleares, Castilla la Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco), donde viviesen niños de entre 5 y 12 años. La persona que contestó a la entrevista siempre era la responsable de la compra. En tres de cada cuatro ocasiones, se trataba de una mujer y en un 58% de las veces tenía entre 35 y 44 años. En cuanto a su nivel académico, un 33% de los entrevistados eran universitarios, un 37% tenían bachiller superior, BUP o FP y otro 22% habían obtenido el título de bachiller elemental o el de EGB.

A cada uno de los entrevistados se le preguntó, entre otras cuestiones, sobre la rutina a la hora de alimentar a sus hijos (si comen en el comedor del colegio, si lo tienen en cuenta cuando planifican el resto de la dieta, cómo es el desayuno, almuerzo y merienda, cuántas comidas hace al día, si pican entre horas, con qué frecuencia comen los distintos grupos de alimentos, etc.) y sobre las actividades que realizan en su tiempo libre (deporte fuera y dentro del colegio, uso de la consola y videojuegos, etc.). Además, también se consultó a los padres sobre la opinión que tienen de la obesidad infantil, sus causas y responsabilidades.

Los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo despejan fácilmente la ecuación de la obesidad y sobrepeso infantil. Si ya desde la infancia se adquieren malas costumbres en estas materias, pueden proyectarse a lo largo de toda la la vida y afectar a la salud. La niñez es el momento decisivo para consolidar buenas prácticas nutricionales y de ejercicio físico.

EROSKI CONSUMER comprobó que a pesar de que en el 75% de los hogares encuestados, los padres creen que la alimentación de sus hijos es bastante equilibrada, aún persisten algunas costumbres erróneas en materia de nutrición: poca verdura, demasiados derivados cárnicos, mucha bollería industrial... El deporte deja de ser una asignatura pendiente entre los pequeños; según la encuesta, en un 14% de los hogares los niños no realizan en su tiempo libre ninguna actividad física (además de las dos horas de gimnasia que practican en la escuela). Y es que es muy aconsejable que los niños acumulen por lo menos 30 minutos de actividad física aeróbica todos los días.

El papel de los padres es fundamental a la hora de educar a sus hijos en unos hábitos alimentarios saludables. Las costumbres, gustos y preferencias y rechazos hacia determinados alimentos también se heredan de padres a hijos.

Durante la encuesta, EROSKI CONSUMER comprobó que en el 66% de los hogares entrevistados, la familia hace una supervisión diaria de las comidas y bebidas que ingiere el niño, tanto dentro como fuera del hogar, y un 33% lo hace habitualmente.

Los progenitores son conscientes en general de que la obesidad es un grave problema. De hecho, un 81% de los encuestados no está nada de acuerdo con la afirmación de que se trata simplemente de estética; el 98% cree que es una cuestión de salud y un 78% opina que no se pasa con el tiempo, de hecho, otro 96% asume que un niño obeso tendrá problemas de salud en su edad adulta.

Pero ¿qué es lo que ellos creen que causa la obesidad? Un 98% la atribuye a una alimentación inadecuada y otro 83% añade el factor de la falta de ejercicio físico y la vida sedentaria. Además, un 47% culpa a los propios padres (por dejadez y malos hábitos), otro 27% de los casos piensa que la genética heredada tiene mucho que ver y un 20% lo relaciona la salud y las enfermedades.

Por último, del total de hogares de la encuesta, en un 90% piensan que solo los padres tienen la responsabilidad de educar a los niños en hábitos alimentarios saludables. Otro 11% cree que el compromiso debe ser tanto de padres como de profesores y un 10% carga con esta responsabilidad a abuelos o cuidadores. Para combatir la obesidad, en el 96% de los hogares consideran que se consigue cambiando de dieta y hábitos alimenticios, y el 85% añade la actividad física o deporte. Solo un 17% menciona la ayuda médica (un endocrino) y un 1%, la medicina alternativa.

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