domingo, 18 de septiembre de 2011

Cada vez más dolor digital

Una silla muy baja o muy alta, la pantalla inclinada en un ángulo incómodo, una postura inadecuada y, sobre todo, muchas horas digitando en un teclado, con un movimiento de manos y brazos que se repite mil veces a lo largo del día. ¿A quién le puede tomar por sorpresa que, en algún momento, el cuerpo empiece a pasar factura? Los tendones, esos tejidos que unen músculo y hueso, suelen ser los primeros en acusar fatiga. Y avisan a través del dolor.

De eso se trata la mal llamada tendinitis, que recientemente se incorporó en la legislación uruguaya que regula la salud laboral. "Mal llamada", dice el traumatólogo Álvaro Rocchietti, porque en realidad no hay inflamación, que es a lo que hace referencia el sufijo "itis". "El nombre real de la patología es entesopatía. Se trata de una tendinosis, un proceso degenarativo del tendón -explica el experto-. Si uno analiza el tendón por dentro cuando empieza a doler, ya sea en las manos, el hombro o distintas partes del cuerpo que pueden ser afectadas, no hay elementos inflamatorios. Sí hay elementos de desorganización de las fibras y pequeñas rupturas. Como el tendón es una estructura que no tiene arterias ni venas, crece de la unión con el músculo".

Además de las actividades laborales o deportivas de la persona, existen factores que pueden predisponer a generar un sufrimiento en esta parte del cuerpo. Por ejemplo, cuanto más corto es el tendón, más expuesto está a sufrir patología degenerativa o desorganización de la fibra. Por otro lado, agrega Rocchietti, cuanto más viejo está el organismo, menos irrigación tiene. "Es decir que el proceso de envejecimiento del individuo es por la disminución de la irrigación de los distintos tejidos y el tendón, al ser una estructura con escasa irrigación, la pierde rápidamente y está más expuesta a rupturas y a procesos de degeneración".

Las tendinosis pueden ser de tres tipos, añade el traumatólogo. "Están las inflamatorias, que responden a enfermedades reumáticas. Luego, las más frecuentes, son las que conocemos en la práctica deportiva por sobreuso del tendón. Y finalmente las que en la actualidad se acaban de incluir dentro de la Medicina Laboral, que son las tendinopatías desencadenadas por las nuevas herramientas de trabajo, como la computadora, el mouse, el teclado. Eso hace que veamos frecuentemente tendinitis de los codos, las manos, etcétera".

De hecho, pocos días atrás la patología se convirtió casi en tema de Estado en Argentina, cuando empleados del subte se negaron a cargar tarjetas electrónicas para los pases que utilizan millones de pasajeros al día alegando que les produce tendinitis. El asunto llegó a la Casa Rosada y la presidenta Cristina Fernández aprovechó un discurso en cadena nacional para aludir al reclamo, tildado de "desopilante".

tratamiento. Si luego de los síntomas -dolor, craqueo de los tendones y, habitualmente, una claudicación de la fuerza en el codo o las manos que no permite prensar bien un objeto por la molestia que provoca-, el médico brinda un diagnóstico de tendinopatía, hay un abanico de tratamientos a seguir según cada caso.

Como primera medida a tomar, el traumatólogo Rocchietti sugiere "reposo del tendón", por la vía de ortesis, férulas o yeso que pongan el brazo en posición de descanso. En segundo lugar aparecen las infiltraciones con corticoide. Luego, sigue el experto, la fisioterapia tendiente a reordenar las fibras del tendón o a bajar el dolor, como el ultrasonido. En cuarta instancia comenta que "recientemente se ha ensayado la técnica del taping, que son las vendas sobre los tendones que usan los deportistas". Continúan luego los ejercicios isométricos, tendientes a aumentar el volumen del músculo para incrementar así la irrigación del tendón. "Y por último, si la persona no responde a ninguna de esas terapéuticas, queda la cirugía", apunta Rocchietti, al tiempo que aclara: "Los antiinflamatorios no tienen muy buenos resultados porque, como dijimos, no es una patología inflamatoria".

¿Puede remitir solo? "Puede ser", admite, aunque es poco probable. Y argumenta: "El tendón tiene una matriz sobre la que descansa su fibra elástica y aumenta 400 veces la longitud en cada movimiento. Entonces, cuando se desorganiza, es muy raro que remita del todo. En general los pacientes consultan después de la clásica `se me va a ir`, pero pasan una, dos o tres semanas, y ahí vienen. Algunas son muy rebeldes. Tenés que pensar que el tendón recambia sus fibras a partir de los seis o siete meses".

¿Qué pasa cuando la persona sigue exponiéndose al movimiento que le ocasionó el problema? En eso trabaja esa rama de la medicina kinésica llamada ergonomía, que consiste en adecuar los instrumentos para que no nos hagan daño. "Si trabajas con una computadora enfrente y te produce dolor puede ser que estés mirando mal la pantalla o tengas mal la silla. Los ergonomistas se dedican a corregir los vicios posturales que uno tenga en el uso para minimizar los daños".



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