viernes, 2 de septiembre de 2011

Pérdida de deseo sexual e impotencia, ¿qué fue antes, la gallina o el huevo?

elmundo.es   
viernes, 02 de septiembre de 2011
Mis queridos cibernautas, espero que la mayoría de vosotros hayáis podido disfrutar de unas merecidas vacaciones; y a los que se vayan ahora, ¡pues a disfrutar! Esta semana quería compartir con todos vosotros y vosotras un tema que cada vez veo con más frecuencia en la consulta: los problemas relacionados con el deseo sexual y la erección combinados. Es muy importante identificar bien cuál es el problema más importante que predomina, para no fracasar en el tratamiento. Lógicamente, cuando a alguien no le gusta correr, no se hace participante en maratones. Pues algo parecido pasa con la erección y el deseo sexual. Cuando existen problemas de erección que no permiten llegar al orgasmo y satisfacer a la pareja, se genera una situación de ansiedad anticipatoria y sensación de fracaso, que poco a poco, provoca una verdadera aversión a mantener relaciones sexuales, por miedo a la frustración posterior. Esta situación, a muchos pacientes, les lleva a perder interés por el sexo, no tanto porque no tengan libido sino porque su propia mente inhibe el deseo, como recurso de protección personal.

Para diagnosticar un hipogonadismo de aparición tardía (que suele ser la causa más frecuente de pérdida de libido), hacen falta dos cosas: la falta de deseo sexual y/o tener bajos los niveles de testosterona. Pero antes de hacer una correcta interpretación de estos datos, es importante saber si la calidad, dureza, duración y satisfacción de la erección es buena. En otras palabras, la impotencia puede condicionar un 'falso' problema de deseo sexual, causado precisamente por la frustración de no conseguir completar satisfactoriamente un encuentro sexual.

En cambio, cuando sólo existe un problema de erección, y el deseo sexual es normal, es más sencillo de interpretar y de tratar. Y, generalmente, se resuelve en la mayoría de los casos. En otras ocasiones, coexisten los dos problemas con entidad propia y por tanto, habrá que tratarlos conjuntamente.

En fin, deseo sexual y erección son las dos caras de una moneda, que hay que mirar al mismo tiempo y no de manera separada. Son la mejor representación de la relación cuerpo-mente (erección-deseo sexual), la cual debe estar equilibrada para un correcto funcionamiento en esa esfera de la vida.Con mucho gusto espero, como siempre, vuestros comentarios y aportaciones. Hasta la semana que viene, mis queridos cibernautas y amigos.



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