viernes, 4 de noviembre de 2011

Los beneficios del té se pierden al embotellarlo

Una de las cosas que el ciudadano medio del siglo XXI trata de
incorporar como sea a su dieta son los antioxidantes, sustancias con
propiedades anticancerígenas, antidiabéticas y 'anti' un buen número
de procesos nocivos para nuestro organismo, que están presentes en el
vino, los frutos rojos o el té. Pues bien, un estudio advierte a los
consumidores de que el té embotellado no es tan sano como anuncian
los fabricantes ya que contiene muchos menos polifenoles que el
natural.
El consumo de polifenoles (un tipo de antioxidantes) se ha asociado con
la disminución de la inflamación y del colesterol, que mejoran la salud
cardiovascular, con un menor crecimiento de algunos tumores, con
mejorías en la degeneración macular, el envejecimiento de la piel, las
infecciones de orina e, incluso, el deseo sexual femenino. Por eso cada
vez están presentes en más productos de forma artificial y se usan como
reclamo para incentivar las ventas de estos y aquellos que los poseen
por naturaleza (vino, té, aceite de oliva, bayas).
"Los consumidores entienden muy bien que el consumo de té y de
productos relacionados tiene beneficios para la salud", explica Shiming
Li, investigador de la compañía biotecnológica WellGen y autor del
trabajo. "Sin embargo, hay una gran brecha entre la percepción de las
ventajas del consumo de té y la cantidad de nutrientes saludables
-polifenoles- que hay en las bebidas de té embotelladas. Nuestro análisis
ha determinado que el contenido en polifenoles es extremadamente
bajo".
Adiós a los polifenoles
Un informe de 2006 del Departamento de Agricultura de EEUU ya
destapaba este fenómeno. El que peor parado salía era el té verde
instantáneo, que contenía una cantidad inapreciable de EGC (epigalatode catequina), la principal sustancia activa de esta planta.
El té es la segunda bebida que más se consume en el mundo, después
del agua. Mientras que una bolsita cuesta unos pocos céntimos, la
imposibilidad de preparar esta bebida en ciertas situaciones ha hecho
proliferar sus formas embotelladas (más caras) que, además, suelen ser
más atractivas para los consumidores, con diferentes sabores y un gusto
menos amargo que el de la infusión pura y dura.
El análisis de Li y sus colegas confirma lo que algunos advertían desde
hace tiempo: cuando se trata de té enlatado, el contenido de
antioxidantes es casi anecdótico. Mientras que una taza de té contiene
entre 50 y 150 mg de polifenoles, las versiones 'lista para consumir'
tienen, de media, una cantidad inferior (unos 37 mg), y en algunos casos
no supera los 10 mg. De forma que para obtener algún beneficio habría
que "consumir botella tras botella", recalca el investigador.
Como cualquier bebida procesada
La explicación es curiosa. Los polifenoles, con todas sus bondades,
tienen dos grandes desventajas: son amargos y astringentes. Los
fabricantes de estas bebidas optan muchas veces por reducir el
contenido de estas sustancias -que son las que les dan buena fama- para
obtener un sabor más amable al paladar.
Y "la forma más fácil [de hacerlo] es añadir menos té", explica Li, que
ha presentado su trabajo en la Reunión Nacional de la Sociedad
Americana de Química, que se celebra estos días en Boston
(Massachusetts, EEUU). En su lugar, aparecen otras sustancias, típicas
de las bebidas procesadas (azúcar, jarabe de maíz, edulcorantes o
cafeína), que pueden convertir el té embotellado en algo dañino.
Desde 1990, las ventas de esta infusión se han cuadruplicado en EEUU
hasta alcanzar los 7.000 millones de dólares anuales. Este crecimiento
se ha dado "en paralelo al reconocimiento de las propiedades
beneficiosas de esta bebida", apuntan los autores. Pero, "la FDA
[agencia que regula los alimentos en este país] no exige informar en las
etiquetas de la presencia de polifenoles", añaden, y la población
desconoce en qué medida están presentes.

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